Un día hubo un rey yaqui que tenía cinco soldados, estos se iban en una canoa a la ciudad de Guaymas a visitar al rey yori, un día de tantos, llevaban máscaras de coyote y fundas de jaras. Cuando llegaron a la puerta, el guardia no los quería dejar pasar, pero después de un rato lo convencieron y subieron hasta donde estaba el rey yori, se presentaron ante él y le pidieron permiso de visitarlo.
El rey yaqui le dijo:
- Como tú eres rey venimos a visitarte.
- Ustedes no tienen ningún negocio aquí ¿ para qué
vienen?- Respondió el rey yori.
- Pues porque yo soy rey y tú también- le contestó el
yaqui.
- Pues aquí los
voy a encerrar para que ya no salgan- les dijo el rey yori encerrándolos
bajo siete puertas.
- Tú crees que mandas más, pero yo
voy a salir- Le dijo el rey yaqui.
- No, no vas a salir de aquí.
- Claro que voy a salir- Le dijo el rey yaqui sacando
una jara del lomo del jarero enseñándola
al rey yori y diciendo:
- Con esta voy a salir.
- No te va a servir de nada esa flecha que traes- Le
contestó el yori.
Entonces el rey
yaqui ajustó el arco y sacó la flecha del jarero, preparó el arco para la flecha y dijo: - con
esta flecha voy a abrir las siete puertas.
- No las vas a abrir, dijo el rey yori.
Así el rey
yaqui con el arco agarró una jara y
abrió las siete puertas que se clavó afuera de esa casa y estremeció todo el lugar. El rey yori se
asustó, abrazó al rey yaqui y le dijo:
- Siempre me
podrás visitar.
Se retiraron y
allá en las orillas del mar se subieron a una canoa y se dirigieron a sus
casas, al rey yaqui le dieron permiso de retirarse y se fue caminando para su
casa por el monte, y en el camino le salió una víbora al paso, lo encontró y de
un colazo lo tumbó, cuando estaba tirado empezó a soplar el viento tan fuerte
que juntó todo tipo de basura de ahí
nació una rama y desde entonces las personas que querían ver al rey no podían
porque la rama los echaba hacia fuera y nadie más lo vio. Hasta que los
soldados, sus santos, supieron de esto y lo fueron a ver, este fue rescatado
y se lo llevaron a su casa en la canoa.
A los quince
días volvieron a visitar al rey yori, quien los recibió muy contento y platicó
con ellos:
-
Tráiganse a toda su gente quiero
platicar con ellos, aquí les van a dar de comer a todos.
Los cinco soldados llevaron a todos, el rey yori platico con
ellos y cuando llegó el medio día se los llevó para el mar, cuando llegaron allá entraron en un palacio
de fierro que era una caja enorme y les dijo que la comida ya estaba lista, allí
los encerró y se los llevó en medio del mar,
allá dejo caer la caja grande, ahí quedó el palacio de todos los yaquis
en medio del mar, allá se quedo la caja con un arco de oro, allí es donde quedó
el arco que le nombran "El Samaguaka".
Informó : Sr. Rosalino Jaime Flores.
Recopiló : Hermila Jaime Maldonado.
Pueblo de
Pitahaya, (tradicionalmente pueblo de Belem), Río Yaqui. Son.
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